Renzo, ¿cómo comenzó tu camino en el arte 3D?
Todo empezó con los videojuegos. Mi primera consola fue un Atari. Desde niño me atraparon los gráficos y cómo iban mejorando con el tiempo. Esa fascinación me llevó a estudiar diseño gráfico, y fue ahí donde descubrí el mundo del 3D.
Mi primer software fue 3Ds Max, pero luego migré a Maya, que se convirtió en mi herramienta principal. Después incorporé Mudbox para esculpir y Arnold para el renderizado. Autodesk se volvió parte fundamental de mi flujo de trabajo.
¿Qué es lo que más valoras de Maya y Arnold?
Maya me da agilidad, precisión y libertad para construir cualquier cosa. Su interfaz es limpia, intuitiva, y me permite concentrarme en el diseño. Y cuando paso al render, Arnold me ofrece ese nivel de realismo que tanto busco. Me encanta jugar con las luces, los materiales, y ver cómo la pieza cobra vida.
No veo el render como un final, sino como una extensión de la narrativa visual.
Uno de tus proyectos más destacados es un huaco incaico en 3D. ¿Cómo fue ese proceso?
Fue un reto enorme. El “huaco” es una vasija ceremonial precolombina, llena de historia y simbolismo. Lo esculpí en ZBrush, ajusté el modelo en Maya, y lo texturicé usando referencias reales de museo. Finalmente, lo rendericé con Arnold, buscando replicar el barro, la iluminación suave y el realismo del objeto original.
Me tomó una semana completa de trabajo intenso, pero fue muy gratificante. No es solo un modelo—es una conexión cultural reinterpretada digitalmente.
¿Cómo definirías tu estilo?
Mi estilo es limpio, minimalista y enfocado. Suelo trabajar con un solo personaje u objeto por escena, siempre centrado y con una base. Me gusta que cada pieza se pueda observar en 360°, donde cada textura y sombra esté bien pensada. Es un enfoque de diseño que mezcla el anime, la escultura digital y la narrativa visual.
Pero sobre todo, me interesa el mensaje detrás de cada pieza. No busco llenar de elementos—busco precisión y claridad.
También enseñas en universidades. ¿Cómo se relaciona tu rol como docente con tu arte?
Enseñar es parte de mi vida. Llevo más de 10 años como profesor, liderando áreas de multimedia en dos universidades de Lima. Ver cómo mis alumnos aprenden herramientas como Maya, Arnold o ZBrush y desarrollan sus propias ideas es una de las cosas que más disfruto.
Siempre les digo: “Piensen en grande. Ustedes pueden llegar a trabajar en una película.” Ese empuje es necesario para que nuestra escena local crezca.
¿Cómo ves el panorama del arte 3D en Lima?
Lima tiene un potencial inmenso. Hay artistas muy talentosos, pero todavía falta que la industria se consolide. A veces se necesita traer gente de otros países para ciertos proyectos, pero poco a poco vamos avanzando.
Lo que más me inspira es la riqueza visual de nuestras culturas andinas. Hay geometría, color, simbolismo… Todo eso puede trasladarse perfectamente al mundo 3D. Y mi misión como artista y docente es hacerlo visible.
¿Y qué opinas sobre el uso de inteligencia artificial en el arte?
La IA es útil, claro que sí. La he usado para bocetos o ideas rápidas, pero cuando se trata de crear una pieza final, prefiero hacerla desde cero. Para mí, lo valioso está en decir: “Esto lo hice yo.” La autenticidad lo es todo.
No estoy en contra de la IA, pero la veo como una herramienta de apoyo, no como la base del arte.
¿Un último mensaje?
El 3D me cambió la vida. Autodesk fue parte clave de ese camino y para mi es un absoluto honor poder hacer esta entrevista y conectar con esta gran Comunidad. Gracias a estas herramientas, puedo contar historias visuales que conectan el pasado con el presente. Estoy feliz de compartir este viaje, y de seguir aprendiendo cada día.
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